Conversación de la semana pasada con mi mujer:
-El sábado tengo carrera en El Escorial…
-Qué sábado?
-Qué sábado va a ser, el próximo.
-El día 11 de octubre, el día de nuestro aniversario?????
Uppsss!!!! Un escalofrío recorre mi cuerpo.
-No te preocupes cariño, pienso correr deprisa volver pronto y así aprovechamos el día, vamos al teatro, después a cenar…
Con esa preocupación en mente, y fiel a mi tradición de madrugar, acudo temprano al casco antiguo de San Lorenzo del Escorial, veo que toda la zona es de estacionamiento “regulado” (eufemismo que significa cobrado) así que decido utilizar el parking subterráneo que habitualmente uso cuando voy en modo turista. Craso error, pues el aparcamiento me costó casi tanto como la inscripción a la carrera, eso sí fue muy cómodo pues estaba justo al lado de la salida y lo que es más importante de la llegada.
Esta era la I Edición del Trail San Lorenzo del Escorial que se celebraba junto con la Maratón y la Sunrise Trail Ultra Internacional, la versión corta de 21k en la que yo participé tuvo muy buena organización, puntualidad y recorrido, además de un buen precio y por los cometarios creo que el resto de pruebas también rayaron a gran altura. La camiseta conmemorativa me encanta y además había organizada una comida post-carrera a la que todos los corredores estábamos invitados, pero a la que yo por compromisos anteriores no puede asistir, si le digo a mi santa que me quedo a comer me mata. En el debe de la organización quiero decir que es un fallo de principiante no tener perforadora para hacer agujeros al dorsal, Tomás estuvo de mostrador en mostrador buscando una y no la encontró. Tío la próxima vez házselos con un boli o con una llave, no me seas señorito, es un perfeccionista.
Comparto los momentos previos con Tomypeck, por la calma con la que nos tomamos las cosas, cafetito caliente y paseo incluidos, nada parecía indicar que estábamos a punto de participar en la carrera. Con puntualidad se da la salida y comenzamos a trotar mirando al cielo que dejaba de amenazar la lluvia que nos había acompañado durante toda la semana y que indicaban las previsiones, lo que me obligó “siempre contra mi voluntad” a hacerme con un chubasquero nuevecito que finalmente solo utilice para salir del bar donde nos tomamos la cervecita de después. Como me gustan los gadgets de correr!!!!
Nueva chupa |
Gracias a las salidas montañeras con Tomás nos vamos conociendo bien, sabemos nuestros ritmos y nos entendemos sin que haga falta hablar, hacemos más de la mitad de la carrera juntos o con pocos metros de distancia, el tiene un ritmo algo mejor que queda compensado porque de vez en cuando se para a tirar fotos, las suyas y las mías, gracias. La verdad es que las vistas durante toda la carrera lo merecen, no conocía mucho esta parte de la sierra pero me encanto y pienso volver. Los colores ocres y verdes de esta época de año decoraban toda la zona.
El recorrido es muy corrible (sobraron los bastones) y mis sensaciones en todo momento son muy buenas, la falta de presión por un objetivo concreto me hacen ir muy cómodo y disfrutando de toda la carrera, la experiencia también se va notando y creo que cada vez me conozco más a mi mismo en este tipo de pruebas, he aprendido a regular mucho mejor mi ritmo dependiendo de las circunstancias. En estas estábamos cuando llega el avituallamiento, un par de trozos de chocolate una galleta de vainilla y bajada hacia el Monasterio.
Desde ese punto hasta la meta todo es bajada, en los primeros metros con cuidado chequeando que la rodilla funcione, y el resto de kilómetros muy bien, lanzado e incluso adelantando gente, en el ultimo kilometro por las calles cercanas a la meta, bajo el ritmo y me adelanta algún corredor, pero lo hago todo con una sonrisa en la boca, hacia mucho, pero que mucho tiempo que no disfrutaba tanto de una carrera. Meta, estiro algo (quien me lo iba a decir) cervecita con Tomas y a cumplir con los deberes conyugales.
Lo prometido es deuda y por la tarde musical (uufff) donde NO, repito, NO me quedé dormido y después cena en el centro. Mi mujer me regala el libro Into Thin Air y yo a ella unas bambas (como me gustan los gadgets de correr).
Así que el día fue estupendo y realmente fue un FELIZ ANIVERSARIO.
Gracias cariño por todo, en especial por tu comprensión y apoyo.